La plaza de toros de la ciudad de Eibar, País Vasco, que fue inaugurada en 1903 en el marco de las fiestas patronales de San Juan, será demolida y en su lugar se creará un gran parque, así como una zona de recreo y deporte. La plaza fue reconstruida después de la guerra civil española y reabierta en 1961 con una capacidad de 3.300 asientos.
El Consistorio armero, que dijo que esto sucederá «pronto», dijo que el proyecto consiste en “emplazar un nuevo parque y una zona de esparcimiento y deportiva en el espacio que actualmente ocupa la plaza de toros, que se encuentra infrautilizada, dado que se trata de una superficie llana y muy extensa”. En lugar de la plaza de toros, los 5.000 metros cuadrados estarán abiertos a los ciudadanos. Además, el Consistorio pretende “ conectar este ámbito con la calle Sostoa a través de un nuevo ascensor que complemente a las escaleras mecánicas existentes y que sirva para garantizar la accesibilidad universal de todo el entorno”.
Jon Iraola, alcalde de Eibar, ha señalado que el proyecto se enmarca en el objetivo de “mejorar la calidad de los entornos urbanos de la ciudad”; toda vez que “una de las prioridades es dotar a la ciudad de nuevos espacios y zonas de esparcimiento, que es una de las principales necesidades que nos viene manifestando la ciudadanía… nos encontramos ante un proyecto transformador del espacio urbano que complementa otros que también hemos puesto en marcha como la cobertura de la vía del tren desde Estaziño hasta Azitain o la nueva zona de esparcimiento que se creará en Julián Etxeberria“. Es genial ver a los políticos dando la espalda a la tauromaquia en el País Vasco. Tal vez otras autoridades locales allí puedan inspirarse, y no solo hacer lo mismo, sino también comenzar a avanzar hacia un futuro más compasivo donde, por ejemplo, los estudiantes veganos no sean discriminados en las escuelas vascas (como parece ser el caso en una escuela de la ciudad de Oiartzun).