El 28 de julio de 2022, la ciudad de Palma de Mallorca, capital de las Islas Baleares, aprobó una propuesta para sustituir las galeras de caballos por carruajes eléctricos. El partido de protección animal, Progreso en Verde ha pedido durante años que cambien las galeras con versiones eléctricas, y ha denunciado constantemente a la administración del ayuntamiento por su inacción para lograr este cambio. Finalmente, el consejo votó a favor del cambio, con la abstención de los miembros de los partidos de derecha Partido Popular y Vox.
Además de esta resolución, se aprobó otra enmienda que entrará en vigor con su publicación el mes de agosto, y por la que se prohibirá que los caleseros saquen a sus caballos a realizar el trabajo si hay alerta meteorológica de calor amarilla, naranja o roja.
A finales de julio, unas imágenes que rápidamente se hicieron virales en internet mostraron lo que había sucedido apenas unos días antes en una plaza de la capital mallorquina, donde un caballo que tiraba de un carruaje se desplomó y cayó al suelo.
Muchas ciudades ya no emiten licencias para carruajes turísticos tirados por caballos, y muchas, incluidas Barcelona, Nueva Delhi, Oxford, Tel Aviv y Melbourne, ya los han prohibido por completo. Otras ciudades, como Nueva York, Praga y Charleston, también están avanzando hacia la eliminación gradual de esta actividad.
En otros destinos populares de la isla de Mallorca, como L’Alcúdia y Sant Llorenç des Cardassar, decenas de caballos exhaustos todavía se ven obligados a tirar de carruajes cargados de turistas por las concurridas calles. Y ahora, con los efectos del calentamiento global, cuando las temperaturas pueden superar la temperatura regular en verano de 35 grados centígrados, esto se está volviendo aún más cruel. PETA tiene una petición a los alcaldes de estos municipios para prohibir esta forma obsoleta de transporte.