Se calcula que alrededor de 100 millones de animales criados en granjas intensivas y otros 10 millones atrapados en su hábitat mueren cada año para la industria de pieles. La mayoría de ellos son visones americanos. Entre 2014 y 2015, aproximadamente 70 millones de estos animales fueron asesinados para comerciar su piel.
En libertad, los visones siempre viven cerca a alguna fuente de agua, pues son excelentes nadadores y buceadores. Nadan entre 250 y 500 metros cada día, y pueden bucear hasta 30 metros de profundidad. También son magníficos trepadores y saltan de árbol en árbol. Pueden llegar a vivir hasta 12 años.
Cerca a los cursos de agua, ocupan territorios de hasta 6 km de largo y 200 m de ancho. Pueden llegar a ocupar hasta 24 guaridas, pero tienen guaridas favoritas que ocupan con mayor frecuencia. Por lo general, no escarban sus propias guaridas sino que las toman prestadas de otras especies.
Los visones tienen los sentidos de oído, vista y olfato muy desarrollados. Al ser mayormente solitarios, usan señales visuales, olores y una diversidad de sonidos para comunicarse, y delimitar sus territorios o encontrar pareja. Algunos estudios sugieren que pueden reconocer individuos por medio del olfato.
Sin embargo, en las granjas intensivas los visones viven encerrados en jaulas tan pequeñas que a veces ni siquiera duplican su tamaño, sin acceso a agua y rodeados de otros visones con los que se ven obligados a convivir lado a lado. En muchos casos reciben menos comida de la que deberían o comida que no se adecúa a sus necesidades. Su excremento se acumula bajo sus jaulas, provocando terribles olores que tienen que soportar todo el día.
El nivel de estrés que les provoca vivir así es muy alto. Esto genera que tengan comportamientos repetitivos no observados en visones libres e incluso automutilaciones de desesperación. Además, su sistema inmune baja muchísimo, lo que los hace perfectos receptores (y transmisores) de enfermedades zoonóticas. Hasta abil de 2020, más de 450 granjas peleteras fueron afectadas por el COVID-19, resultando en la muerte aún más prematura de más de 20 millones de animales.
La peletería es dañina para el planeta, atenta contra la salud pública y provoca mucho dolor y sufrimiento a millones de animales. No aportes a esta industria, no seas cómplice.