Los pavos son seres emocionales, sensibles y sintientes. Como el resto de animales, merecen una vida digna y para sí mismos, libre de explotación.
Los pavos tienen sentidos muy desarrollados, en especial de vista, oído y tacto. Su vista capta colores, cubre 270 grados y se calcula que es 3 veces mejor que la humana. También se cree que pueden escuchar sonidos más distantes y de frecuencias más bajas que los humanos. Su pico es muy sensible al tacto; es similar a las manos para los primates. Aunque pasan la mayor parte del tiempo en la tierra, los pavos silvestres pueden volar distancias cortas a 55 mph y duermen en árboles.
Se ha demostrado que los pavos son muy inteligentes y sensibles. Sienten dolor y placer, entre otras emociones, y les gusta escuchar música. Además, estas aves son altamente sociables. Pueden diferenciar entre individuos, quienes tienen cada uno una voz única. También son muy afectivas y forman amistades duraderas.
Sin embargo, alrededor de 630 millones de pavos son asesinados por su carne anualmente a nivel mundial. En Estados Unidos, cerca de 46 millones de pavos son cocinados en un sólo día del año, el Día de Acción de Gracias. En Canadá se asesinan otros 2,7 millones de pavos para la misma celebración, lo cual representa el 45% del consumo total por año en dicho país. Son tantos los pavos asesinados para estas fechas que también se le suele decir el ‘Día del Pavo’.
El origen del Día de Acción de Gracias es dudoso y existen diversas versiones al respecto, sin embargo, se sabe que fue proclamado oficialmente como fiesta nacional estadounidense por Abraham Lincoln en 1863. Inicialmente se celebraba el último jueves de cada noviembre, pero desde 1941 se estableció en el cuarto jueves del mismo mes. En Canadá, el Día de Acción de Gracias se festeja cada segundo lunes de octubre.
Se cree que la tradición de comer pavo en esta fecha está relacionada con que la población de pavos silvestres era muy elevada en la región donde se originó la celebración, por lo que eran fácilmente cazados para la cena. Sin embargo, actualmente la mayoría de estas aves son criadas en granjas intensivas, donde su espacio es muy reducido, sus necesidades son vulneradas y sufren diversas dolencias y enfermedades debido al hacinamiento y el estrés al que son sometidas constantemente.
En EE.UU., una semana antes del Día de Acción de Gracias se realiza la ceremonia de ‘indulto al pavo’ en la Casa Blanca, en la cual el presidente ‘perdona’ a dos pavos de ser comidos —uno principal y un suplente por si el primero no puede asistir por algún motivo al evento. Después, los animales son enviados a alguna granja, donde viven sin riesgos el resto de su vida.
Se dice que esta tradición de perdón al pavo se remonta a los tiempos de Abraham Lincoln, quien accedió al pedido de su hijo Tad, quien rogó que se perdonara al pavo destinado a la mesa presidencial. Lincoln accedió, y Jack —como fue llamado el pavo— se salvó de la muerte y nunca se convirtió en comida. Otros presidentes decidieron seguir la tradición, pero no fue hasta 1989 que la ceremonia se oficializó con el presidente George HW Bush. Desde entonces, se realiza cada año.
Se supone que el Día de Acción de Gracias es una día de unión entre seres queridos, para agradecer por las cosechas del año y por las buenas cosas de la vida en general. Pero el sufrimiento cotidiano y la muerte temprana de seres inocentes no puede traer nada bueno. Tal como Jack, los pavos -al igual que el resto de animales- tienen derecho a vivir tranquilos. Todos merecen ser ‘indultados’, o no ser enjaulados y criados para beneficio humano en primer lugar.